EL
VAMPIRISMO ENERGÉTICO
En la naturaleza todo tiende al equilibrio.
Los animales salvajes, en su estado puro se reequilibran de manera
natural, atendiendo a las necesidades de su cuerpo. Si están
enfermos no comen o toman alimentos específicos que les ayudará a
mejorar. Después de comer no cazan, descansan a la sombra. Ellos
saben cómo regularse y recargar su energía.
Los árboles forman parte de la naturaleza y
de la misma forma, saben cómo recargar su energía, llevando a cabo
sus procesos sólo cuando es su momento.
Nosotros, como seres humanos también somos
animales y formamos parte de la naturaleza, sin embargo, hemos
perdido el contacto con nuestra esencia natural y nos desgastamos
constantemente. Pero aun así, formamos parte de la naturaleza y
tendemos al reequilibrio natural. Si no podemos recargar nuestra
energía del modo que tenemos asignado por naturaleza (descansando,
alimentándonos, o con el contacto con la naturaleza), nuestra mente,
nuestra esencia busca métodos alternativos de recarga y suele ser
por “compensación” con otros seres humanos.
Como vasos comunicantes, la energía entre
seres humanos se reequilibra entre sí para atender a la ley natural
del equilibrio. Entre personas de nivel (cantidad) de energía
similar, ese intercambio apenas es perceptible. El problema surge
cuando una persona está enferma o muy agotada energéticamente y
para recargar su energía necesita que otra persona le ceda gran
cantidad de su energía. A esto lo conocemos como “Vampirismo”.
El Vampirismo ocurre de manera natural.
Todos somos vampiros de todos y es algo que no podemos evitar, aun
haciendo Reiki u otras técnicas energéticas. El vampirismo forma
parte de nuestro proceso natural de “compensación y reequilibrio”.
Trabajadores de hospitales, centros
comerciales, peluquerías, masajistas, etc., suelen mostrar un
desgaste energético superior a lo normal. Si comparas el nivel
energético, enfermedades y desgaste general de una enfermera y un
trabajador de una obra, la primera es muy probable que tenga un
historial médico más extenso. Esto es porque su energía, al ser
vampirizada constantemente por los enfermos, no puede atender a los
procesos normales del día a día y se desgasta mucho antes.
Síntomas como cansancio, pesadez en las
piernas y brazos, dolor de cabeza o de articulaciones de manera
repentina suelen avisarnos de un desgaste energético por vampirismo.
No hay emociones asociadas, no hay malestar psicoemocional, es
desgaste físico, puro y duro.
La buena noticia es que, con Reiki, a pesar
de no poder evitar el fenómeno del vampirismo energético, sí nos
ayuda a recuperar nuestra energía óptima y de esta forma evitar ese
cansancio extremo, con sus síntomas asociados.
Pero insisto, el vampirismo energético no
ocasiona sensaciones emocionales. Si sientes algún evento emocional
en contacto con una determinada persona o en un evento concreto, no
se trata de este fenómeno, sino de otro llamado “Efecto
Diapasón” del que hablaré en otro momento
A nivel energético se puede decir que el
vampirismo energético afecta a nuestra energía que llevamos con
nosotros y el efecto diapasón afecta a nuestra calidad energética,
al tipo de vibración.