Aquí os dejo un poco de historia de algo que me apasiona, el QIGONG
HISTORIA DEL QIGONG;
Los
chinos de la antigüedad describieron como Qi (pronunciado
CHI) a la energía original que desencadenó la creación, y fue
dividido en dos energías opuestas, Yin – Yang, contenidas la una
en la otra, complementarias y relacionadas la una con la otra.
El
qigong practicado con finalidad terapéutica, se basa en los
principios de la medicina china tradicional, que engloba la mente, la
respiración y el ejercicio físico. El qigong se practica
generalmente con objetivos orientados al mantenimiento de la salud,
pero también en algunos casos se puede prescribir con objetivos
terapéuticos específicos, como por ejemplo la fibromialgia.
El
qigong, puede practicarse con el cuerpo quieto o en movimiento, con
patrones prefijados y guiados por un instructor, o el espontáneo.
Existen muchas formas de qigong, e infinidad de escuelas, todas ellas
muy validas y todas ellas muy beneficiosas, algunas relacionadas con
la salud como la que yo practico (el estilo "BA HAN SENG",
de la escuela "NEIJING") y otras corrientes enfocadas a las
artes marciales.
El
carácter chino qi (CHI), significa energía, y el carácter gong
(KUNG), significa trabajo o técnica, por lo tanto qi gong se podría
traducir como el trabajo de la energía vital, o el arte de hacer
circular la energía vital de la manera mas adecuada a la finalidad
con la que se practica, como los movimientos se realizan acorde con
la respiración, también podría denominarse "El arte del
movimiento del soplo"
Los
antiguos monjes chinos observaron que esa energía original que dio
origen al universo, no sólo había hecho surgir de la nada el cielo,
la tierra y los astros, sino que también había producido las
circunstancias adecuadas para el surgimiento de la vida sobre nuestro
planeta.
Veían
el Qi en todas partes formando parte de la naturaleza, alimentándola
y alimentándose de ella. El mismo Qi que potenciaba el movimiento de
las estaciones, hacía que por medio de estas, a su vez, ese Qi
regulaba y mantenía la vida del planeta en un ciclo constante de
regeneración y cambio.
Así,
el Qi promovía en los seres el crecimiento y la expansión en la
época primaveral, la plenitud y la dispersión en el verano, la
madurez en el final del verano, la concentración y el recogimiento
en el otoño, y la regeneración en el invierno, relacionándose, de
esta forma, las estaciones con las distintas fases del desarrollo
cíclico de la vida y de la evolución del ser.
Por
lo tanto el Qi no sólo “animaba” a la naturaleza sino también
al ser humano, que por supuesto formaba parte de ella. Y observaron
que las mismas fuerzas que actuaban fuera del ser humano, también
actuaban en el interior de su organismo.
Las
personas se adaptaban a los cambios promovidos por las estaciones
activándose y dinamizándose en los meses estivales y recogiéndose
y recuperándose en los meses invernales obedeciendo a las mismas
leyes que el resto de los seres vivos. Reaccionando ante los agentes
externos como la lluvia, la humedad, el viento, la sequedad, el frío
o el calor, la energía de la naturaleza se fundía con la energía
de la persona formando una sola unidad que lo interconectaba todo en
el universo.
Estos
científicos de la antigüedad también observaron que este Qi
creador de vida no era algo fijo, estable e inamovible, sino que
fluctuaba a través del organismo, entraba, permanecía y salía de
él. Tampoco era algo visible ni sólido, sino una sustancia
incorpórea, dúctil y maleable que tanto se desplazaba como se
acumulaba. Era tan sutil que se podía dirigir mediante la voluntad,
el movimiento corporal o la respiración.
Entonces,
empezaron a experimentar con esa energía y desarrollaron ejercicios
para guiarla de una manera determinada a través del cuerpo,
concentrándola e incrementándola a voluntad para así fortalecer el
organismo, dirigiéndola hacia donde hay una deficiencia,
dispersándola donde hay una acumulación excesiva, ayudándose con
la respiración y la mente… Estos movimientos fueron denominados
“ejercicios energéticos” (Qi Gong).
El
arte del Qi Gong es probablemente la rama más antigua de la Medicina
Tradicional China. Las primeras referencias escritas datan de hace
más de 4000 años, durante el reinado del emperador Huang Di que
gobernó en la cuenca del río Amarillo hacia el 2700 antes de
nuestra era.
En
esa época ya realizaban una especie de danza ritual, combinando
respiración con los movimientos que imitaban a algunos animales
salvajes, con el objeto de combatir enfermedades como el reumatismo,
la artrosis, la mala circulación sanguínea o edemas, todas estas
causadas por el exceso de humedad de la zona.
Se
dice que Huang Di estudió alquimia y medicina y que practicó
ejercicios de meditación, respiración y técnicas sexuales con el
fin de combinar las esencias yin-yang para transformarlas en energía
espiritual. Sus enseñanzas fueron recopiladas en el siglo III a. C.
en forma de un gran libro médico titulado Huang Di Nei Jing. En este
libro Huang Di habla de la importancia de regirse a las leyes
naturales acomodándose a los cambios cíclicos de las estaciones y
expone una serie de métodos para conservar la salud, basados en
ejercicios físicos y en técnicas de meditación, con el fin de
alcanzar la longevidad.
Huang
Di fue pues, quien forjó las bases de una filosofía de vida basada
en el seguimiento de los ciclos naturales y la armonía con el
entorno y no fue hasta la llegada de Lao-tzu, creador del Tao Te
Ching, que se constituyó en llamarse por primera vez Taoísmo para
definirla. Es en este “Libro del Camino y la Virtud” donde se
resume la esencia de una filosofía de vida que empezó con los
primeros asentamientos de la civilización china y de la que procede
el Qi Gong.
“…El
hombre sabio se encarga de mantener el orden, en vez de corregir el
desorden. Intentar curar una enfermedad cuando aparece es como
ponerse a cavar un pozo cuando ya se está sediento, o como ponerse a
forjar las espadas cuando la guerra ya ha comenzado…”
Huang
Di
FUENTES; BIBIANA ALMANSA
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